anhelo (sehn sucht)
Michael Horbach es conocido, como fundador de un centro de arte y de cultura – entro otras otorga cada dos años un premio de fotografía bien remunerado al igual que regularmente una beca de residencia para jóvenes creativos, preferiblemente procedentes de Latinoamérica. Sin embargo, menos conocido es Michael Horbach como coleccionista. Cuándo tambien en este papel patrocina sobre todo a jóvenes, compremetidos artístas de la cámara. Desde hace casi década y media, Michael Horbach colecciona fotografías, y lo hace conscientemente a contrapelo. No son las respectivas tendencias actuales, ni los nombres altamente negociados o los ismos sonoros, ni tampoco los „valores seguros“ los que le interesan. La pasión de Michael Horbach tiene por objetivo aquellas posiciones que, en el ámplio sentido de la palabra, se podrian clasificar como „fotografía humanista“, moderna y contemporánea. En su esencia, la pasión de Michael Horbach, con preferencia, tiene por objetivo la imágen blanco-negra, trabajos que mantienen el equilibrio entre una excelencia formal-estética y un mensaje humanista – en resumen imágenes, que tratan de las grandes y las cotidianas cuestiones humanas sobre el ser, y que a la vez convencen como „imágenes silenciosas de grandeza“ (Norbert Bolz), como imágenes de importancia, sorprendentes y bien vistas.
Por primera vez, una extensa exposición en las salas de la Fundación Michael Horbach presenta actualmente una parte de la colección privada del coleccionista coloniense. A partir del primero de mayo, las salas de arte en la calle „Wormser Straße“ ofrecen 150 obras de 24 artistas, entre ellos conocidos fotógrafos como Alberto Korda, Sebastião Salgado, Christina García Rodero o Flor Garduño, pero también jovenes posiciones, en Europa practicamente desconocidas, con nombres como Juan Carlos Alom, Raúl Cañibano Ercilla, Arien Chang Castán o Alfredo Sarabia. Lo que une a los artistas es la curiosidad, un interés marcante por fenómenos sociales, una mirada participadora así como un propio lenguaje de imágen, a su vez sugestivo. Con Beat Presser (Suiza), Pep Bonet (España), Jan Grarup, (Dinamarca), Thomas Dorn o Frank Gaudlitz (Alemania) también están representados fotógrafos europeos con sus miradas hacia Africa o Latinoamérica. Al mísmo tiempo, el énfasis de la exposición está en las culturas fotográficas de Cuba y de Latinoamérica, en aquellos artistas, cuyos peculiares accesos al mundo ya llamaron la atención de la legendaria comisaria de arte suiza Erika Billeter. Imágenes de Latinoamérica son – así Billeter – „documentos de la humanidad“ siempre logrados sín rodeos. No es casualidad, que su antología de la fotografía latinoamericana, editada en 1994, llevase el subtítulo de „Canto a la Realidad“. Los fotógrafos de Latinoamérica no experimentan, dice Billeter, „¡ellos ven!“
Explícitamente, Michael Horbach persigue operando de expositor y de coleccionista un deseo, tanto cultural como social. Algo de esclarecimiento se agrega a ello. „Muchas de las fotografías despiertan en mí un profundo deseo de viajar“, así describe Michael Horbach su afinidad hacia algunas de las fotografias. „Una nostalgia de los paises lejanos y de las personas que habitan allí. A esos colores tan completamente diferentes, a la luz y a los aromas. A una vida simple y normal, pero también a un anhelo de justicia social. Con mi colección quiero subrayar una actitud, proclamar un mensaje. Dejadnos mirar más allá de nuestro horizonte, que hoy en día, es más necesario de lo que nunca jamás fue. ¡Aprendamos de las culturas ajenas! ¡Veamos sus riquezas – a pesar de sus pobrezas materiales!“
Hans-Michael Koetzle