La nueva generacion de fotografos cubanos
Prólogo de Michael Horbach
"¡Queremos contar nuestra revolución en imágenes!", había dicho Fidel Castro justo después de su victoria sobre el dictadorBatista, y de hecho Cuba produjo una impresionante tradición de fotógrafos sobresalientes. Uno piensa en los fotógrafosrevolucionarios Raúl Corrales, Osvaldo Salas, su hijo Roberto y, sobre todo, Alberto Korda, que creó la foto más difundida de lahistoria con su icónico retrato del "Che".
La joven guardia de fotógrafos cubanos, en cambio, ha desempeñado hasta ahora un papel secundario en las galerías yexposiciones occidentales. Equivocadamente.
"Los fotógrafos de América Latina no experimentan", decía Erika Billeter, la gran historiadora del arte fallecida en 2012, "ven".Eso es lo que me fascina de las fotografías de los cubanos: El indisimulado interés por las personas, esos documentos de humanidad.
Hasta ahora, numerosas exposiciones fotográficas sobre Cuba se han presentado en las salas de arte de mi fundación desde 2011.Más recientemente, en 2022, Sven Creutzmann mostró "Cuba - la revolución interminable" y en el Centro Cultural de St. Maria delCami, Mallorca, que dirijo junto con el fotógrafo de Malloquín Miquel Frontera, presentamos "Cuba - antes, durante y después de larevolución - colección fotográfica Michael Horbach.
"Alfredo Sarabia Jun., hijo del fotógrafo cubano más famoso de los años 80, Alfredo Sarabia Sen. se convirtió en profesor defotografía en La Habana en la Universidad de las Artes (ISA) a la edad de 29. Me llamó especialmente la atención su serie sobre JoséMartí (1853-1895)
.Martí fue poeta y escritor y está considerado un héroe nacional cubano, así como un símbolo de la lucha cubana por laindependencia. Su busto -no el del Che ni el de Fidel- está delante de cada guardería, delante de cada escuela, en cada plazapública. Para mí, esto dice mucho de la cultura de un país. Mi cita favorita del poeta: "Toda la gloria de este mundo cabe en un granode maíz".
El 22.10.23 entregaré la mitad del premio de fotografía de 10000 euros de mi fundación a las dos madres solteras y grandesfotógrafas Leysis Quesada y Daylene Rodríguez, en el vernissage de la exposición "La nueva generación de fotógrafas y fotógrafoscubanos". Descubrí a ambas por recomendación de Alfredo Sarabia Jun. durante mi visita a Cuba en 2020, así como a ManuelAlmenares. Todos ellos son miembros del grupo de fotógrafos cubanos jibarophotos.com.
"Cuba es pura alegría de vivir, Cuba es colorida y femenina, canta y baila", escribí en mi libro de fotos "Mi Cuba" en 2012. Pero, pordesgracia, la situación material del Estado caribeño es muy mala en estos momentos. 60 años de boicot financiero y económicopor parte de EE.UU. no han quedado sin consecuencias. Aunque entretanto Obama dio esperanzas de normalizar las relacionesentre los dos Estados vecinos, Trump endureció las sanciones hasta un nivel desconocido hasta entonces. Bajo el mandato deBiden, hasta ahora no se ha visto ningún cambio de rumbo. Me pregunto si Occidente necesita demostrar así su superioridadsistémica, porque es sobre todo la gente corriente la que sufre. Además, está Covid y, por supuesto, el problema inherente alsistema de una economía planificada, que los cubanos llaman embargo interno.
Intento ayudar a los artistas cubanos comprando y vendiendo fotografías.Leysis, Daylene, Manuel y Alfredo ofrecen sus obras en 40x50 cm muy baratas por 400 euros.Ellos recibirán el 100% de los beneficios de las ventas.
Si quieres colaborar y te interesan las fotografías, ponte en contacto conmigo en horbach.michael@gmx.de.
Mi agradecimiento especial a los fotógrafos y a Thomas Karsten por la concepción del libro
Entrelazando pasado y presente en la fotografía cubana contemporánea
Una fotografía de Leysis Quesada Vera de su serie La ciudad de los sueños se titula Camilo, Che y Fidel, La Habana, 2010. Muestraun interior, o más bien una pared blanca con el revoque desmoronado, dos sillas viejas enfrente, y sobre ella tres fotografías, cadauna mostrando a uno de los protagonistas de la Revolución Cubana, Camilo Cienfuegos a la izquierda, Fidel Castro a la derecha, y enel centro la imagen icónica del Che Guevara, tomada por Alberto Korda el 5 de marzo de 1960. Otra imagen, El mural, muestratambién una pared llena de retratos de los héroes de aquella revolución, de la que hace más de 50 años cuando se tomó la foto.
Ambas imágenes son reminiscencias de un gran pasado superado por la realidad, pero que sigue presente en las fotografías deaquella primera generación de fotógrafos cubanos durante y después de la revolución. Su función y su tarea estaban claramentedefinidas: ayudar a allanar el camino hacia la utopía de una nueva sociedad, practicar una fotografía social y política que tambiénatrajo a jóvenes artistas venidos de lejos a principios de los años sesenta, como Chris Marker y Agnès Varda. Pero, ¿qué pasa con latercera o incluso cuarta generación de fotógrafos cubanos, aquellos que ni siquiera vivieron la Cuba anterior a Fidel Castro?Plantearse esta pregunta es el gran mérito de Michael Horbach y del premio de fotografía que dotó para la fotografía cubanacontemporánea que se inscribe en esta tradición humanista.
Sarah Meister, una de las curadoras de fotografía del Museo de Arte Moderno de Nueva York escribe en su blog en 2018: „It isimpossible to spend even an hour in Cuba without encountering an intermingling of past and present that feels a bit like looking at aphotograph of yourself as a child. The difference is that in Cuba, the past and the present coexist.“ Este juego con las diferentestemporalidades y el viaje en el tiempo recorren las obras de este libro, cuyos autores pertenecen casi todos a la tercera o cuartageneración, con la excepción de Alfredo Sarabia Señor (1951 - 1992). Su hijo Alfredo Sarabia le dedica un magnífico homenajecuando, en su serie La casa redonda (cuarentena), realiza un viaje con sus hijos en el viejo VW Escarabajo de su padre. O, porejemplo, las series El mundo de Karoline y Regreso a Turieno de Daylene Rodríguez Moreno, que nos trasladan a los lugares de susraíces familiares en el aquí y ahora de la década de 2020.
Pero el presente no queda al margen de las fotografías de la generación actual; está presente en las catástrofes climáticas de losúltimos años, por ejemplo en la serie Despues de la Tormenta de Rodríguez Moreno o en Tierra de ciclones de Alfredo Sarabia, ytambién se hace visible en la drástica experiencia de la epidemia de Corona. Tres series de Daylene Rodríguez Moreno, AlfredoSarabia y Manuel Almenares dan cuenta de cómo se retrocede a la pequeña celda de la familia y a la propia vivienda. Este último, elmás joven de los fotógrafos aquí reunidos, también se dedica a la realidad social inmediata de la vida cotidiana en La Habana ensus obras Miradas de extramuros (Centro Habana) y Ciudad Heterogénea, un conjunto de impresiones visuales que se presenta, enpalabras del propio fotógrafo, como "un caldero ritual lleno de ropa sucia y valiosa".Quizás sea ésta una de las diferencias entre la primera generación de fotógrafos cubanos y sus descendientes: Hoy ya no se tratadel gran colectivo nacional, sino de la vida concreta en el aquí y ahora, del ars viva, el arte de vivir, de esos pequeños colectivos,como se expresa, por ejemplo, en las imágenes de Alfredo Sarabia de la fiesta en las montañas de la Sierra Maestra o en lasfotografías de los Afro-Ditas de Manuel Almenares.Si los destinos de los individuos en las imágenes de la segunda generación fotográfica cubana -y Alfredo SarabiaSeñorperteneceindudablemente a esta generación- cobran cada vez más protagonismo, los fotógrafos de la tercera generación lo llevan más lejos,observando Mi Gente y Mirada interior de Leysis Quesada Vera. Su búsqueda de esa gran utopía social debe medirse también con larealidad existente hoy, pero no han perdido en absoluto el sueño de un mundo más justo ni la fe en el hombre.Florian Ebner , Jefe de la Colección Fotográfica, Centro Pompidou, París